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Variedad en la alimentación infantil

La variedad en la alimentación infantil es el camino apropiado para cubrir las necesidades de nutrientes, pero no siempre resulta fácil enseñárselo a los niños.

Algunos detalles que pueden pasar desapercibidos quizás puedan ayudarte.

¿Cómo ampliar las posibilidades de que aprenda a comer variado cuando el sabor es un obstáculo?

Cuando hablamos de variedad nos referimos a los diferentes tipos de alimentos dentro de un mismo grupo (por ejemplo, los cereales y legumbres) y a la participación de todos los grupos de alimentos en la nutrición diaria.

Resulta particularmente difícil lograr el consumo de vegetales y frutas de todo tipo, a pesar que su ingesta habitual está relacionada con la prevención del sobrepeso. Al igual que es frecuente el desequilibrio nutricional a causa de un excesivo consumo de algunos grupos como grasas, azúcares y dulces.

Los hábitos alimentarios se pueden moldear a todas las edades, pero cuanto antes se realice el cambio, más posibilidades tendremos de conseguirlo con éxito.

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Al comienzo de la alimentación del bebé, la leche materna brinda el beneficio de tener un sabor que cambia a lo largo del día, viéndose reflejada la ingesta de la madre en su leche materna.

Estos estímulos tempranos colaboran en la identificación posterior de otros sabores.

Luego, en la alimentación complementaria, la introducción paulatina y reiterada de una amplia gama de alimentos también facilita el proceso de lograr una alimentación variada. Es normal observar un rechazo inicial ante gustos y texturas diferentes de la leche materna, que luego se vencerá con la exposición repetida.

El ejemplo de los padres, será en todo momento, una gran influencia en el desarrollo de los hábitos. Si los padres consideran importante que sus hijos coman vegetales, deben consumirlos primero ellos.

Alrededor de los 2 o 3 años de edad, aparece una etapa llamada “neofobia” (miedo a lo nuevo), que se caracteriza por el rechazo a alimentos desconocidos y a otros aceptados previamente. El hecho de haber instalado una alimentación más variada en la etapa anterior, contribuye a generar un impacto menor en este aspecto. Asimismo, es aconsejable buscar nuevas estrategias antes de reemplazarlos por otros con menor calidad nutricional, como podría llegar a ser cambiar leche por una infusión.

Algunas opciones pueden ser:

  • Variar las recetas en las que se incluyen los alimentos, incorporándolos en preparaciones aceptadas.

  • Repetir, después de unos días, el acercamiento con el alimento pero con otra preparación culinaria.

  • Utilizar diferentes presentaciones y variedades del producto que puedan servir para su aceptación.

Ante todo, hay que comprender que el desarrollo de los gustos es principalmente una cuestión de costumbre, y que siempre es necesario trasmitir y resaltar a los niños la importancia nutricional de los alimentos, evitando darle otros significados como premios o castigos que perjudican su conducta.


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Jesús Torrecilla.

Dietista-Nutricionista

ADN | Clínica de Nutrición y Dietética

 

Fuente: Nutricia.

 

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